Segunda impresión

velada

Estoy muerta. Mi cerebro me pide que desconecte inmediatamente, pero no puedo acostarme sin antes escribir esto. Mañana seguro que lo veo de otra forma y si lo dejo para entonces el post no reflejará lo que quiero expresar.

Cuando a una le suceden cosas como la que he vivido yo esta noche cuesta mucho no creer en el destino, en las segundas oportunidades y en reflexiones recurrentes, como esa que dice que cuando una puerta se cierra otra se abre. Ya me entendéis.

No voy a dar muchos detalles porque ya he dicho que mañana seguro que lo veo de otra manera y tendría que editar lo que estoy escribiendo.

Sólo os diré que esta noche he tenido un encuentro especial, uno de ésos que se recuerdan para siempre, no necesariamente porque haya sido mágico ni maravilloso, sino porque ha sido del todo inesperado, muy desagradable a priori, pero realmente interesante al final.

A veces las segundas impresiones dicen mucho más de las personas que las primeras. Pero, de todas formas, esperaré a la tercera, que ya estoy bastante escarmentada.

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