Jugar al azar

“Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar…
o empezar…”

Esta mañana he tomado la segunda decisión impulsiva en pocos días. La primera fue abrir este blog y volcar en él las sensaciones que creo que en cualquier momento me harán explotar. No sé cómo puedo soportarlo… Pero la verdad es que aquí estoy otra vez, tecleando para nadie, dejando por escrito que me voy, que he tomado la decisión de salir ahí fuera y descubrir si la vida todavía me depara algo.

La culpa la tiene esta canción. La han puesto esta mañana en la radio; no sé por qué me he parado a escucharla y luego la he buscado en Youtube. Dejarse llevar…, jugar al azar…, no saber dónde poder terminar o empezar… El impulso no ha sido esta vez escribir, sino hacer caso a la letra. Me voy de viaje, dejo atrás la nada que es mi existencia y ya veremos si también el dolor que me ahoga. No lo veo probable.

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El primer impulso

Noche de luna llena.Autor: Luz A. Villa

Noche de luna llena.   Autor: Luz A. Villa

Me acabo de quedar en paro. Mi mujer me ha abandonado. Mi hijo de seis años murió en un accidente de tráfico. No sé si voy a ser capaz de salir adelante. En realidad, no sé si quiero salir adelante. Mi vida ahora mismo es lo suficientemente detestable para no tener ilusión por vivirla.

Antes del accidente había pensado en un par de ocasiones abrir un blog. Pensaba que podía escribir sobre cosas que me gustaban, como el cine y la pintura. No lo hice entonces, y hasta ahora no había vuelto a pensar en ello. La verdad es que no me apetece especialmente estar aquí… No me apetece nada… Pero en este momento he sentido la necesidad de desahogarme y por eso me he puesto a teclear. No sé si volveré a hacerlo. Quizás ni siquiera vuelva a entrar en esto que por el momento no siento que sea mi blog.

Ha sido una decisión impulsiva… Y pensándolo bien, llevaba seis meses sin hacer nada en respuesta a un impulso. ¿Será una buena señal? ¿Significará que me queda fuerza vital en esta alma destrozada? Quienquiera que lea esta estupidez quizás no lo descubra nunca… Puede que ni yo mismo lo haga… Es como el enfermo terminal que tras semanas de delirio recupera la lucidez para despedirse. No sé si será mi caso…